La obra, escrita por Ramón Fontseré con la colaboración de Dolors Tuneu y Alberto Castrillo-Ferrer, recupera la figura de Rusiñol (1861-1931) como referente de una añorada Cataluña cívica, cosmopolita, culta y abierta al mundo. "Rusiñol representa un mundo y un espíritu que no ha sido reemplazado. La sensualidad, la belleza y la vida alegre que él encarnaba ha desaparecido. "Queremos enfrentar aquella Cataluña de Rusiñol con la de ahora y reivindicar el arte como patria universal frente a las patrias identitarias", ha asegurado Fontseré.
|
etiquetas: procés , teatro