Antes de que el Estado Islámico llegase a Mosul, Fahima Omar dirigía una peluquería. Pero con la llegada del ISIS obligaron a esta señora a cerrar su único negocio. Un salón de belleza es considerado una forma de libertinaje y más si es dirigido por una mujer. El ISIS dirige hasta el último detalle de la economía, cobra elevados impuestos a los comerciantes y sólo deja que abran sus puertas los negocios que ellos consideran honrados.
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