Primero fue España, luego otros países como Alemania y Holanda, y ahora le llega el turno a Reino Unido. Hace apenas unas horas, The New York Times ha dado a conocer que los dos millones de test rápidos comprados el pasado mes de marzo por el gobierno británico no funcionan. Unos test, que fueron comprados a diferentes proveedores chinos. Mientras tanto, las compañías chinas culpan a los funcionarios y políticos británicos por exagerar la utilidad de las pruebas.
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