Alan Knight, galés de 47 años, evitaba así presentarse al juicio por una caso de fraude (robaba los ahorros de un vecino anciano). El hombre pasó al menos dos años y con el apoyo de su familia, fingiendo ser parapléjico, usando sillas de ruedas y aparentando inmovilidad en partes de su cuerpo. Fue descubierto por las cámaras de seguridad de un Tesco mientras realizaba compras y después saliendo del establecimiento conduciendo un coche.
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