No solo atracó la joyería a cara descubierta: era cliente habitual, conocido de la encargada del establecimiento e hizo además anotar su nombre, apellidos y dirección a la dependienta a la que robó, a punta de navaja, los 730 euros que guardaba la caja. Sucedió el pasado día 4 a las 18,45 horas en una joyería de la calle Carreño Miranda de Mieres y acabó -como no podía ser de otra manera- con la detención del peculiar atracador tres horas después.
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