Desde el inicio del conflicto en Ucrania casi no hay día sin una mala noticia económica o una alerta de cara al futuro. Si no es la inflación, que pese a moderarse en últimos meses sigue muy por encima de lo deseado (un 6,8% en noviembre), son los recortes en las previsiones de crecimiento, las amenazas de recesión o la fluctuación de los precios energéticos. En este contexto de deterioro generalizado, el déficit público de España continúa sin embargo su recorrido a la baja.
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