En este contexto, que alguien como yo sugiera, como efectivamente hago, que “la mejor edad para que nuestros hijos empiecen a tener acceso a un smartphone es cuando dejen de llevárselo a la boca”, es interpretado por muchos como un “se nota que no tiene niños de esta edad y con este problema” o directamente un “no se entera de nada”.
|
etiquetas: enrique dans , educación , smartphone , juegos