Con todo, lo de Uber y los taxistas es una anécdota–excepto para los afectados, naturalmente—si se piensa en lo que se nos viene encima. Cualquier relación mercantil o contractual entre personas (o empresas) cuyo único requisito sea la confianza mutua –desde trasacciones bursátiles, o bancarias, hasta la compraventa de mercancías de primera necesidad como alimentos-- podrá ser facilitada más barata con Internet. Ahora estamos en eso, en la sustitución de los servicios “de toda la vida”--que exigen inversión en locales, sometimiento a las normas
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