Cristina Almeida se hizo abogada y defendió durante la Transición a decenas de presos políticos -de los de verdad- y alimentó a otros muchos, familias incluidas. De su preocupación social nació su vocación política. Militó en el PC -y la echaron-, fundó IU -y la echaron-, se presentó a la elecciones con el PSOE -y perdió-. Ahora está en Actúa, una plataforma reconvertida en partido que pretende unir a la deshilachada izquierda española, la conjunción copulativa que venga después no la sabe ni ella.
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