Una investigación encontró que filipinos vulnerables y mal pagados fueron explotados, engañados y abusados como parte de un plan de trabajadores migrantes lanzado por Corea del Sur para abordar una grave escasez de mano de obra. El plan también atrae a trabajadores de Nepal, Vietnam, Mongolia, Laos, Camboya, Uzbekistán y Tailandia. "Los intermediarios trataban a los trabajadores temporeros como esclavos porque conservaban sus pasaportes e incluso tarjetas de residencia extranjera y sus salarios”.
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