El informe ofrece otro dato: de cada tres euros que se invierten en las clases particulares, dos se destinan a “ampliar y perfeccionar” y el otro a “reforzar y recuperar”. A esto se une que las familias más pudientes, favorecidas educativamente de partida por tener más recursos, tienden a dedicar estas clases a la enseñanza de idiomas o de disciplinas relacionadas con las artes, mientras las menos favorecidas lo hacen para reforzar los contenidos curriculares que se dan en los centros educativos. A evitar repetir como fin último.
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