Una de las alternativas que más interesante parece para instalar grandes sistemas solares es el ocupar espacios como los desiertos. Así lo ha pensado China, que acaba de activar la que es la planta fotovoltaica más grande del mundo en un desierto. Esta se sitúa en el desierto de Tengger, región autónoma de Ningxia Hui, y en la primera fase activada cuenta con una capacidad instalada de 1 GW, se espera genere 1.800 millones de kWh cada año, equivalente a la demanda de energía de 1,5 millones de hogares.
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