Presentó hace más de una década un plan de inversión en infraestructura marítima y cuenta ya con presencia en 101 terminales en todo el mundo. Los detractores lo señalan como ejemplo de 'trampa de deuda' contra Pekín. Los puertos también han proporcionado influencia política en África y Latinoamérica, han suscitado polémicas internas en países como Alemania, se hizo hace un año con el 25% de una de las terminales en Hamburgo, y han generado preocupación en EE.UU. con los medios del país norteamericano apuntando a fines más allá de lo comercial.
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