La buena noticia es que el Chapo Guzmán todavía no se ha escapado. La última vez, en el 2001, sus carceleros se quedaron enojados porque se salió sin avisarles. No volverán a cometer el mismo error. Pero la mala noticia es que ya hay competencia para reemplazar a El Chapo y que aquí en Estados Unidos existen más mariguaneros que nunca.
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