Siempre resulta divertido ver como en los medios de Madrid, cuasi monopolio en empresas, ministerios e infraestructuras, denuncian los excesivos gastos de los chiringuitos autonómicos. Este centralismo contrasta con los servicios que prestan las empresas estatales, públicas y privadas, por la España vaciada que ahora tanto juego proporciona en libros y ‘telediarios’.
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