Un equipo internacional de investigadores, liderado por la Universidad de Granada, aporta nuevos datos sobre el origen y la explicación científica del viejo refrán ‘perro no come perro’, cuyo origen se remonta al menos a los tiempos de la antigua Roma. Este trabajo expone que comer carroña de otro carnívoro, especialmente si es de su misma especie, incrementa la probabilidad de contraer patógenos que podrían hacer peligrar su vida.
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