Paseando por Madrid, Valencia o Wallapop, uno se encuentra cientos de bicis chinas que fueron abandonadas, robadas o revendidas. Solo los servicios municipales con base fija han sobrevivido. Lo sorprendente es que hace tres años que se fueron, que echaron la persiana, porque aquello resultó ser un negocio ruinoso. No fueron los únicos. Quizá su caso fue el más llamativo de un pelotón de plataformas que irrumpieron en sitios como Madrid, Valencia, Granada o Málaga, entre otros puntos de la Península. Pero tan rápido como llegaron se fueron.
|
etiquetas: movilidad compartida , bicicletas , wallapop , bikesharing