Que Jair Bolsonaro ganara la primera vuelta de las elecciones presidenciales brasileñas con el 47% de los votos ha dejado perpleja a la izquierda. Luego de las inmensas movilizaciones sociales que se produjeron en las calles de las principales ciudades del país a propósito de la campaña
#EleNão y unas encuestas que se mantuvieron favorables a Lula durante todo el año, se había construido cierto ambiente, cierto sentido común de victoria segura de las fuerzas progresistas.