“Azotaba mujeres desnudas para echar los malos espíritus…”

Un ministro de la iglesia justificaba con la Biblia los azotes a mujeres vulnerables en sus “traseros desnudos” para satisfacer sus propios deseos sexuales. Howard Curtis, de 72 años, era un ministro de alto rango en la Comunidad Cristiana Coulsdon, al sur de Londres, donde persuadía a las mujeres para que se desnudasen y azotarlas sobre sus rodillas. Curtis y su “círculo íntimo” utilizaban enseñanzas poco ortodoxas “en un intento de inculcar disciplina y expulsar a los espíritus malignos en mujeres y niños que llegaban en busca de ayuda”