Con las calles en silencio, son las paredes las que comienzan a hablar en cuanto llega la oscuridad. Las que saludan, las que te piden que le preguntes a tu vecina qué necesita, las que hacen crítica política con humor y las que sacan sonrisas. El encierro del coronavirus provocó que un grupo de videoartistas enfocaran sus proyectores al edificio de sus vecinas de enfrente para crear
#olaveciñas (hola vecinas), una iniciativa que quiere "alentar a los barrios a que hablen, a que se apoyen entre ellos y a que se dinamicen y recuperen su esencia"