Mientras el flamante ministro del Interior, Gastón Rodríguez, negaba en una entrevista a RPP que los agentes de la Policía Nacional hubieran utilizado perdigones para dispersar a los manifestantes de la marcha en el Centro de Lima, el fotógrafo Alonso Chero estaba llegando a la clínica Internacional con residuos de perdigón incrustados en su espalda y con la camiseta agujereada y bañada en sangre.
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