"En marzo de 2020 entraban 1.500 euros en el hogar de Rosa Elvira, a partir de 2 sueldos: el de su marido, en la construcción, y el suyo, de cocinera, ambos sin contrato. Con ellos pagaban los 750 euros de la renta de su piso con un único cuarto. En cuanto la familia, con 3 hijos y uno más en camino, comenzó a tener problemas de liquidez por la pandemia, la empresa casera contrató a desokupas. El matrimonio no pudo acogerse a un ERTE o a prestaciones de desempleo, al ser ambos trabajadores en negro. Se cayeron del sistema".
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