Es la primera vez que la Fiscalía pide para un procesado en la Región de Murcia la pena máxima: Joaquín G. V. alega que no había ADN suyo en la mujer. Quiso tener sexo con ella. Al negarse la mujer, le asestó tres cuchilladas en el cuello. Tras matarla, le puso un pañuelo en la zona de los cortes, para ocultar las heridas y que se pensase que la señora falleció por causas naturales, y cambió la colcha de la cama manchada de sangre por otra limpia. Dejó la cama hecha y la habitación ordenada. Y se fue.
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