Ahora ha llegado el turno de una zona del Poble-Sec que se transformó hace solo seis meses. Se trata del entorno escolar situado en la calle Bòbila, donde se cortó el tráfico buscando que fuera una zona más segura. Sin embargo, el efecto ha sido justo el contrario: el alejamiento de los coches ha provocado que lleguen nuevos inquilinos a la plaza, concretamente personas incívicas que hacen botellón y tienen contínuas peleas. En este sentido, el entorno escolar que se quería pacificar ha acabado siendo más inseguro que nunca.
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