Scaramucci, de personalidad extravagante y aires de grandeza, accedió al puesto en guerra abierta con Reince Priebus, ya ex-jefe de gabinete de Donald Trump. Y lo hizo convencido de que iba a Poner Orden en la marea de filtraciones, puñaladas por la espalda y vodevil de la corte Lannister en el que se ha convertido la Casa Blanca. Y para ello, llamó a un periodista del New Yorker... creyendo que hablaba off-the-record. Pero sin pedir el off-the-record en ningún momento. El resultado fue este antológico reportaje-entrevista.
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