En total, Shuttleworth puso en práctica una posición que muchos veníamos sosteniendo, y acertó. Ubuntu fue clave en este cambio de paradigma en el que el novato pasó de sufrir la descalificación y el escarnio a recibir una calurosa bienvenida y ayuda buena y bastante. Celebro eso, no sólo porque es bueno en sí mismo, sino también porque era clave para que el software libre saliera del gueto corporativo y llegara al escritorio del gran público.
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