«Dicen que ya estamos bien…». Un hombre comenta junto al Auditorio de Paiporta algo que ha cazado al vuelo en una tertulia y, según conviene con su interlocutora, aquello no le hace justicia al pueblo. Las calles están más despejadas y algunos negocios han vuelto a subir la persiana, pero Paiporta continúa inmersa en un lento y costoso proceso de recuperación. Prueba de ello es que, 33 días después de la barrancada, cientos de personas siguen alimentándose de la solidaridad ajena. Literalmente.