La estupidización que promovió la Web 2.0 (sustituyendo protocolos descentralizados como IRC o XMPP por servicios privados y aislados como Facebook o Messenger) ha calado hasta el punto de que hoy en día le dices a un usuario que para abrirse una cuenta en Mastodon tienes que elegir una instancia y le peta el cerebro. Lo paradójico es que eso es algo que entiende perfectamente cuando se trata de abrir una cuenta de correo electrónico.