#1 Estoy completamente de acuerdo con todo lo que dices, pero déjame añadir una segunda reflexión que convierte el caso en una cruel paradoja. El periodista deseaba poner de relieve la realidad que tú subrayas, no deseaba ser él la noticia. El triste desenlace es un altavoz inesperado para mostrar al mundo la despiadada realidad que él quería denunciar.
También destaco otro elemento, que es la dignidad que aportan al oficio de periodista casos tan increíbles como éste.