«El trabajo me gustaba, pero los horarios son inhumanos. Cuando empecé, había semanas que hacíamos sesenta horas. Con ese ritmo es muy difícil tener vida familiar y tener amigos fuera del sector. Tu vida se reduce, y te acaba pasando factura», comenta María, quien después de un tiempo trabajando en la sala de un reconocido restaurante y en un hotel, decidió abandonar la profesión. Lo hizo «con alivio, por volver a ser una persona normal, pero también con algo de pena». Hoy, trabaja en una asesoría, cobra menos que cuando era camarera (1.084 euros netos), pero puede ver a sus sobrinos y acudir a los eventos familiares.
Yo uso mi servidor en Francia para saltarme los bloqueos de webs en España. Antes Jazztel no bloqueaba The Pirate Bay, pero ahora tienen el filtro de Orange.