“El ÚLTIMO SERVICIO En ESPAÑA. El HOMBRE QUE SE GANÓ UN DESTINO. EL REY QUE SUPO LEER EL VIENTO. EL REY QUE LLEVÓ LA DEMOCRACIA. VIVA EL REY!”
No, no me he vuelto loco. Son solo algunos de los titulares de editoriales y artículos de la prensa nacional española. De hoy, sí. Del día que nos enteramos que Juan Carlos de Borbón ha abandonado el país. Para no dañar la democracia y la monarquía, nos dicen. Su último servicio, aplauden. Básicamente marcha para no pagar ante la justicia y que los poderes políticos y mediáticos puedan lavar (otra vez) la imagen de la monarquía y apuntalar una institución obsoleta y profundamente antidemocrática.
El papel de los medios es fundamental. Sin ellos no se entendería que ni el caso Urdangarín ni este escándalo salpican en la Casa Real. Durante las últimas semanas, cuando han ido saliendo informaciones del saqueo del llamado Rey emérito, parecían hacer autocrítica ante los años de silencio ante la manifiesta corrupción del monarca. Nada más lejos de la realidad. Solo querían descargar su conciencia ante el ejercicio de sumisión que los venía encima. Callaron, callan y callarán. Se harán los sorprendidos primero, los más beligerantes contra Juan Carlos I (mientras destacan su papel en el 23-F) y eximirán de cualquier culpa a Felipe VI.
Según lo dispuesto en el artículo 29 del Código Penal, se entiende por cómplice a aquellos que cooperan en la ejecución del hecho con actas anteriores o simultáneos. Se entiende, por lo tanto, que la complicidad es una forma de participación, por lo cual el hecho delictivo tiene que ser cometido por otros. La complicidad supone una aportación no necesaria a la comisión del delito, pero con cierta relevancia, favoreciendo así la ejecución o la producción del resultado.
Los medios son cómplices de robo y corrupción. Diría presunta, pero, en este caso, seguramente no habrá juicio. Y como se creen en el derecho de no pagar ante la justicia, yo tengo mi de denominarle ladrona a él y cómplices a ellos. No solo de robo, no solo de malversación, también de hacernos cargar con un Jefe de Estado impuesto por un dictador. Para permitir que la democracia española siga en pañales porque la transición se regaló a los poderes franquistas. Son cómplices del asesinato y encarcelamiento de militantes de izquierda. Son cómplices de la ilegalización de partidos y del ascenso de la extrema derecha. Para defender su pan de oro, para creerse con el derecho a crear opinión y establecer las bases socioculturales que nos rigen. Os creísteis invencibles y, igual que a la monarquía, se os están viendo las costuras. La República llegará. Por errores del régimen y por hambre democrática. Y cuando llego, pagarán los cómplices. Pagarán su culpa los traidores.