#7 Ya existe. Es obligatorio desde hace un año y medio. Si enseñas tu comentario anterior al contratarlo, seguro que el gobierno te subvenciona una parte.
#4 Creo que somos inteligentes. Tenemos aversión al riesgo y no queremos invertir en lo que no está garantizado. Por otra parte, aprendimos hace no tanto que "la vivienda no siempre sube" asi que tampoco invertimos en ladrillo.
Lo que da dinero hoy en día es intangible y, como tal, puede caer sin avisar. Ya ha habido casos.
Por mucho que nos griten que la inflación está comiéndose nuestros ahorros, no apetece mucho arriesgarse por un interés que tampoco nos va a cambiar la vida. Esa inflación es la consecuencia inevitable de varias crisis consecutivas y dos guerras simultáneas que no saldrán gratis.
Solo están sacando beneficios los gurús que venden malos consejos disfrazados de recetas mágicas para hackear el sistema y los comisionistas que gestionan (sin riesgo para ellos) los fondos de los que invierten siguiendo dichos consejos.
Pues a mí me parece bien que el ayuntamiento no ofrezca más. De lo contrario, estaría contribuyendo a la especulación con un bien esencial como la vivienda.
#5 Yo llevo años proponiendo eso mismo para entrar en internet. Igual que no podemos conducir un vehículo a motor sin matricular, no deberíamos navegar por la red sin poder ser identificados en caso necesario. Se reducirían los delitos cibernéticos que, hoy por hoy, pueden tener consecuencias graves en el mundo real.
#3 Sus costumbres nos llegan distorsionadas y por eso nos parecen machistas, pero, por rangos de edad, no son más machistas que nosotros mismos.
Son xenófobos en el sentido de que temen que los extranjeros "contaminen" su modo de vida que es, a la vez, tradicional y moderno, basado en unos valores de los que carecen la mayoría de visitantes occidentales. Yo les entiendo.
Los japoneses no nos quieren ni en sus empresas ni en sus lugares de ocio, pero nos necesitan para no quedarse atrás en el mundo globalizado en que vivimos. Y su aversión a los conflictos hace que no siempre gestionen bien la situación.
Hace décadas decidimos que queríamos ser un país receptor de turistas. Cuantos más, mejor.
Tras varios rescates europeos destinados a cambiar nuestro modelo productivo, hemos seguido igual, invirtiendo las ayudas en ladrillo y bares, en lugar de aprovechar nuestro potencial en renovables (hemos llegado tarde) o en retener a nuestros profesionales mas cualificados (sanitarios, científicos, ingenieros...).
Según nuestro PIB somos un 10% servidores de turistas y otro 10% peones de fabricas multinacionales. Si siguen aumentando las temperaturas y no nos ponemos las pilas (de última generación y diseñadas aquí, por favor) nos vamos al garete.