Ojalá los cientificos alemanes, estadounidenses o chinos encuentren pronto una vacuna y en España se puedan celebrar las procesiones para agradecerle a la Virgen María que nos haya ayudado.
El gran problema es que tenemos la huelga estigmatizada. Toda la sociedad en bloque acepta el concepto de huelga pero no lo interioriza, es algo abstracto que se debería hacer pero que mejor que nadie lo haga.
Éstas huelgas, como la que han hecho este grupo de trabajadores, deberían entrar dentro de la normalidad del funcionamiento en la relación trabajador y empresa. Ni siquiera los empresarios saben cómo actuar ante una huelga ya que es inaudito y muy extraño para ellos, eso debe cambiar.
Al principio puede ser tenso y molesto para todos pero en cuanto el empresario sea consciente que el riesgo de huelga es un riesgo real ya no hará falta hacerlas, la relación empresario-trabajador se autoregulará sin necesidad de medidas extremas.
Y cuando hablo de huelgas hablo de huelgas indefinidas.
Hacer una huelga de un día es hacer un brindis al sol. El motivo de la huelga debe ser siempre concreto y específico, cuyo objetivo sea recuperar un derecho laboral perdido o exigir un derecho que nos consideremos lícito e indispensable.
Ante ese contexto las huelgas no indefinidas no tienen cabida. La huelga se empieza cuando se reclama un derecho y se termina cuando éste se obtiene o se llega a un acuerdo.
Para aquellos que aún duden de la efectividad de la huelga, para aquellos que consideren que el esfuerzo económico y personal no compensa con el efecto que se pueda conseguir, deben interiorizar que si el empresario contrata trabajadores es porqué le sale rentable. Es decir, por cada día que un trabajador está trabajando el empresario recibe dinero por ello, en caso contrario no habría contratado esa persona.
Una huelga hace perder mucho dinero al empresario, cada día que el trabajador está en huelga el empresario no se ahorra su sueldo sino que deja de obtener los beneficios económicos que ese trabajador le reporta. Y eso el empresario lo sabe muy bien, por ese motivo querrá acabar con la huelga lo antes posible y llegar a un compromiso si hace falta.
Otro efecto muy negativo para el empresario es el deterioro de la imagen de la empresa. Una huelga influye negativamente en la imagen de la empresa de cara a clientes, que ponen en duda si esa empresa podrá cumplir con sus compromisos. De cara a futuras ventas, nadie quiere tratar con empresas problemáticas. Y de cara a incorporaciones de nuevo personal, le será más complicado y caro conseguir trabajadores que quieran trabajar en una empresa cuyos trabajadores acaban en huelga.
Por favor, hagamos un esfuerzo para hacer efectivo nuestro derecho a huelga.