Dos años y medio después de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de su nación, los rusos parecen estar menos afectados por la guerra que en 2022.
Ni la incursión de Ucrania en la región de Kursk ni las sanciones occidentales más recientes parecen estar encendiendo el descontento entre los ciudadanos "comunes" o las poblaciones acomodadas de las ciudades más grandes de Rusia.
Esto es una sorpresa para muchos políticos occidentales y los disidentes rusos que invirtieron alguna esperanza en que los moscovitas y los petersburgueses se descontentaran con la "economía de guerra", ya que desaparecen lujos como las boutiques occidentales, el uso ilimitado de Internet e incluso los viajes de fin de semana a las capitales europeas. Pero a pesar de que Rusia se ha aislado significativamente de Occidente (solo se puede llegar a París o Berlín a través de Estambul o Doha, y se necesita una VPN para acceder a sitios web "prohibidos"), todo esto molesta a muy pocas personas como para causar una reacción significativa.
¿Cómo se explica semejante silencio en aquellas comunidades rusas que han sido consideradas las más occidentalizadas de todo el país? Yo ofrecería una respuesta bastante paradójica. Moscú y otras metrópolis rusas se han occidentalizado mucho más en los últimos años, a pesar de que Rusia parece ser el adversario más desesperado de Occidente.
Si miramos a Moscú, no solo vemos una enorme concentración de riqueza, que convierte a la capital en un contribuyente del 20 por ciento de todos los impuestos al presupuesto federal de Rusia, sino una rápida modernización de la infraestructura de la ciudad y el desarrollo de diversos servicios digitales que apenas se ven en ningún otro lugar.
Las sanciones occidentales impuestas en 2022 provocaron una fuerte caída de las exportaciones de capital de Rusia. Casi todo el dinero que antes se habría canalizado hacia los bienes raíces europeos de lujo comenzó a fluir hacia… » ver todo el comentario
El clásico odio de Menéame contra los brits. Los malos aquí no fueron los británicos, quienes
1. Tuvieron una vacuna efectiva en un tiempo récord, desarrollada por una universidad pública y distribuida a prácticamente el coste de fabricación.
y 2. Fueron capaces de distribuirla eficientemente a toda su población.
Los malos aquí, de lejos, fueron los europeos, quienes no sólo fueron incapaces de hacer nada ni remotamente parecido en rapidez y eficacia a los británicos, sino que además bloquearon lotes de esas vacunas que se estaban fabricando, con presupuesto británico y por tanto extracomunitario, en Leiden.
Los chorizos aquí fueron la UE y da buena cuenta de lo que te puedes fiar de ellos. Aparte de inútiles, egoístas y ladrones. Pero bueno, sigamos insultando a "los ingleses", que robaban muchos barcos españoles.
Dos años y medio después de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de su nación, los rusos parecen estar menos afectados por la guerra que en 2022.
Ni la incursión de Ucrania en la región de Kursk ni las sanciones occidentales más recientes parecen estar encendiendo el descontento entre los ciudadanos "comunes" o las poblaciones acomodadas de las ciudades más grandes de Rusia.
Esto es una sorpresa para muchos políticos occidentales y los disidentes rusos que invirtieron alguna esperanza en que los moscovitas y los petersburgueses se descontentaran con la "economía de guerra", ya que desaparecen lujos como las boutiques occidentales, el uso ilimitado de Internet e incluso los viajes de fin de semana a las capitales europeas. Pero a pesar de que Rusia se ha aislado significativamente de Occidente (solo se puede llegar a París o Berlín a través de Estambul o Doha, y se necesita una VPN para acceder a sitios web "prohibidos"), todo esto molesta a muy pocas personas como para causar una reacción significativa.
¿Cómo se explica semejante silencio en aquellas comunidades rusas que han sido consideradas las más occidentalizadas de todo el país? Yo ofrecería una respuesta bastante paradójica. Moscú y otras metrópolis rusas se han occidentalizado mucho más en los últimos años, a pesar de que Rusia parece ser el adversario más desesperado de Occidente.
Si miramos a Moscú, no solo vemos una enorme concentración de riqueza, que convierte a la capital en un contribuyente del 20 por ciento de todos los impuestos al presupuesto federal de Rusia, sino una rápida modernización de la infraestructura de la ciudad y el desarrollo de diversos servicios digitales que apenas se ven en ningún otro lugar.
Las sanciones occidentales impuestas en 2022 provocaron una fuerte caída de las exportaciones de capital de Rusia. Casi todo el dinero que antes se habría canalizado hacia los bienes raíces europeos de lujo comenzó a fluir hacia… » ver todo el comentario