Si la parejita que insulta llegan a ser perroflautas, después del primer insulto ya habrían recibido dos porrazos y estarían esposados en el suelo con una rodilla en la espalda. Y por supuesto les hubieran quitado la potestad del niño, para asuntos sociales.
Buena jugada, seguro que llegan a un acuerdo sin pasar por el juzgado, así le pagarán la deuda con Hacienda todo los madrileños, asunto resuelto. Estos son los que saben gestionar (lo suyo, claro).