#51 no espero de ti nada, porque se ha visto en poco texto que ni sentido común tienes.
Y si, soy libre de ser capitalista, por mucho que te pese, seguro que disfrutarias mandado a cualquiera que pensara diferente a tu s un campito de trabajo de esos chulos.
#7 La verdad, me encanta lo que dices, muchas verdades sin endulzar y te voto positivo.
Pero, tendrás que estar de acuerdo que estás pintando la concepción de una idea pura, sobre el papel, una utopía... a la hora de llevar lo que comentas a la realidad, hay que adaptarse y hacer los cambios de manera progresiva, mirando al frente y sin olvidar el objetivo, pero no estoy de acuerdo en negar que el camino a seguir sea de izquierdas porque no cumple completamente con el ideal, aún.
No obstantes si es cierto que en el camino los partidos, las personas se pierden como creo que le ha pasado a podemos.
#7 No estoy de accuerdo. Has descrito un partido marxista. No de izquierdas genérico. Un partido de izquierdas puede defender la colectivización en forma de cooperativas y de manera descentralizada. La planificación centralizada es exclusivamente marxista y el comunismo/socialismo no tiene porque ser exclusivamente marxista.
#6 Eres un jodido experto en ir a un hilo, y hablar de tu libro en lugar de lo que trata la noticia... Como te gusta enmierdar eh, señor que veo en gris.
#10 Totalmente de acuerdo. Pero ahora aún es peor, ya no hablan ni de programas, ni de propuestas ni de nada. Todo se basa en denigrar al contrario y convertirlos en enemigos en los corazones de sus votantes. Ya no necesitas venderles programas, propuestas, ideologías, todo se basa en que les votes para que no gobierne tu enemigo, llámese Pedro Sánchez, los villanos chavistas, los malvados separatistas, los proetarras, los españolazos, los comunistas, los fachas, los neoliberales, etc. Todo el marketing se basa en la polarización, o conmigo o contra mi, con el peligro que tiene eso para la sociedad o la democracia a la larga. Cualquier pacto o diálogo con el enemigo, después de la brasa que les has metido a tus votantes, será visto por ellos como una traición o una claudicación, con lo que estás acotando cualquier posible alianza, pacto o consenso postelectoral. Caldo de cultivo perfecto a medio plazo para los populismos de corte fascista. Y lo saben perfectamente pero les da igual, como las elecciones son dentro de cuatro meses, el político de turno, sea del partido que sea y son pocas las excepciones, solo piensa en su escaño, a ver si va a tener que volver a la universidad o volver a trabajar en la empresa privada después de veinte años con cincuenta y pico, o va a tener que volver a la oposición con lo que le gusta su despacho.