#2 Yo en mi día a día tengo que lidiar con clientes enfadados y es mermante.
Recuerdo los primeros meses que lo pasaba fatal y me quitaba el sueño incluso. Luego pasas por una época en la que poco a poco te vas distanciando de las situaciones para poder pensar claridad. Ahora estoy en la fase de indiferencia, mi cerebro filtra todo lo negativo que sueltan los clientes por la boca y solo tomo lo relevante para poder dar alguna solución.
Cuando no puedo dar ninguna solución, simplemente no les cojo el móvil, pero algunos se vuelven verdaderamente majaras y te ametrallan con decenas de llamadas en el mismo día.
#16 Si te fijas, no he hablado en ningún momento de las personas que por desgracia tienen que aguantar a jefes déspotas o que tienen que aguantar en trabajos de mierda. He hablado de personas que se dedican a estafar o molestar a los demás porque "están haciendo su trabajo". Véase empleados de banca colocando productos tóxicos a sus clientes, teleoperadores molestado, etc.
#2 Esa cultura es la que consiguió que empezase a odiar mi trabajo con lo que siempre me ha gustado.
He tenido la suerte de poderme aislar de los clientes casi por completo pero aún así cuando le lían el pollo a mis compañeros las paso canutas.
Lo que pasa es que a mi no me da por pensar en tirarme desde el balcón sino por fantasear con la recortá. Algunos de estos clientes insoportables deberían pensar que lo mismo que este pobre hombre se ha suicidado quizás mañana a otro le de por lo contrario, que podría pasar.
#2 hace poco viví una experiencia de estas en las que alguien (varias personas en realidad) montan un pollo en un establecimiento público y, después de pasar una vergüenza ajena enorme, intenté averiguar cómo personas que habitualmente no se comportan así, pueden llegar a eso.
Fue en un chiringuito de playa, a la hora de la cena. Yo me uní al grupo por la noche pero la gente llevaba desde la mañana en la playa.
Julio, chiringuito de playa, establecimientos a rebosar... pues bien, después de pedir la bebida, la comida de los peques y algo para picotear los mayores, 2 o 3 personas empiezan a protestar, a voces, por estupideces. Que si tarda mucho la comida, que si vaya mierda hamburguesa le habían puesto (estaban en la carta a 1€, qué esperas? Kobe??), etc... Yo ya no sabía donde meterme, dijimos algunos de pagar e irnos, por vergüenza, no porque el servicio o la comida estuviera siendo un desastre, era lo esperable en esa situación y a esos precios.
Pues bien, luego fui haciendo de detective y entre unos y otros me contaron de donde venía todo ese cabreo, que pagaron con los del chiringuito que no tenían nada que ver: a mediodía habían tenido algún problema con uno del grupo a la hora de pagar, que habían pagad a tocateja pero que esa persona debería haber puesto más porque su parte era mucho más cara.
En resumen, por no decir a uno del grupo "oye, pon tú 10€ más, pa equilibrar un poco las cuentas, no?", se llevaron todo el día de cuchicheos, malos rollos, frustración y cabreo... ¿Y con quien lo pagaron? Con los camareros de la cena.
¿Y lo peor de todo? Quienes formaron tal espectáculo saben lo que es la hostelería, han estado o están a veces del otro lado de la barra...
#2 En la mayoría de ocasiones esa persona de cara al público es consciente del engaño o de la manipulación. En primer lugar se presenta la situación de buena manera, y el "pollo" dependerá de la actitud y de la posición que tome. Que muchas veces suele ser negar los hechos o escurrir el bulto.
#16 Esperaba esa respuesta.
Si decides renunciar a tu dignidad por un chusco de pan, aunque este sea para tus hijos. Si tu mismo dejas de respetarte, no esperes que los demás te respeten.
En el caso concreto que nos ocupa, si este pobre señor se hubiese valorado a si mismo probablemente no hubiese podido proporcionar el mismo confort a sus hijos, pero estos aún tendrían un padre.
#2 si alguien se suicida porque yo, legitimamente reclamo algo a lo que tengo derecho no es mi problema. Por la salud de los trabajadores que se preocupen sus enpleadores.
Llevo muchos años trabajando em servicios y se da prioridad al que protesta. Sencillamente. Por tanto si quieres que se hagan las cosas debes montarla. Además, para mucha gente "montar el pollo" es simplemente reclamar.
#2 El problema es que sí que funciona. En urgencias mira a ver los protocolos de atención. Se conoce que hay una serie de, digamos, comunidades que "montan el pollo" por sistema cuando hacen uso del servicio. Y la reacción de sanidad (dirección de los centros, no es medida "oficial") es darles prioridad por miedo a que se pongan violentos y eso afecte a la integridad física del personal sanitario.
Pedir las cosas con educación, "por favor", decir "gracias"... son señales de debilidad. Cuando atiendes a uno que viene montando el pollo y 5 personas educadas que respetan y se sienten molestas por ese comportamiento, lo normal es que entre todos se decida dar prioridad a la gilipollas para que deje de comportarse así; y es lo que hace que funcione.
#2 Es cierto que pululan por ahí gilipollas pagados de sí mismos que creen que tienen más derechos que el resto de los mortales. Pero no es menos cierto que también tenemos que soportar a otros tantos que no dudan en estafar a todo el que pillan por delante porque "solo hacen su trabajo". Estos últimos no me dan ninguna pena
#2 También deberíamos acabar con la "cultura de la empresa" de forzar a sus empleados a realizar actos inmorales, no-éticos, o directamente ilegales, para sacar unos € mas de los bolsillos de los clientes, explotar un poco mas a los trabajadores...
#4 A mí me recuerda a mi hermana. A la hora de preparar cenas (somos seis hermanos) siempre decía que ella no cenaba...pero acaba cenando de los platos de los otros cinco...hasta que mi hermano empezó a "guarringonear con la comida" (colacao en la tortilla de patatas, por ejemplo)...así él acabó con el buitreo de su plato..en detrimento de los otros, claro...hasta que decidimos ser todos "guarrindongos".
Nota para @skaworld :tortilla de patatas con cebolla y colacao...¡supera eso!
#17 ¿Y ya está limpio? Yo creo que no, si todos cagamos y meamos en la calle, aunque retiremos con un plástico las mierdas y les echamos detergente con agua través del pitorro de una botellita llámame loco, pero creo que seguiría estando lleno de mierda y bacterias, sólo que más distribuido.
No sé hasta donde alcanza el poder desinfectante del vinagre, el del olor lo tengo bastante claro, pero igual sería más efectivo echar agua con lejía en una proporción 50/50, o la que sea necesaria.
#9#7 No os falta razón en este caso; en mi comentario he dicho que no me metía en el caso concreto de este maestro, que me parece inexcusable. He utilizado la noticia como puente, de lo que es un suceso concreto a una reflexión general. Creo que el sistema educativo en España ha suprimido absolutamente la noción de autoridad del maestro/a, en aras de imponer, incluso penalmente, una idea desproporcionadamente protectiva del alumno/a... que no resulta beneficiosa para su formación. No se trata de convertir los colegios en correccionales, pero además de impartir contenidos educativos, un colegio debería formar personas, porque son la extensión natural de la formación que también éstas deben de recibir en sus casas. Y para eso el sistema debe garantizar un mínimo de autoridad al maestr@. Cundo un profesor no llama la atención o corrige a sus alumnos porque cree que puede llegar un padre a partirle la cara, o le pueden cascar una denuncia ante los servicios educativos...o los juzgados, es que algo esencial está fallando.
Igual os parece muy derrotista, pero por el ruido del agua se sabe dónde está el rio. Que el de los profesores/as sea uno de los colectivos en los que más abundan las bajas por depresión, algo debe tener que ver.
#11#10 El profesor autoridad? Pocos profesores conocéis vosotros. Un aula de colegio es una puta selva, sobretodo desde que le quitaron la autoridad al profesor dentro del aula. Preguntadle a alguien que haya dado clase una décadas en cualquier colegio público. Y de los institutos mejor ni hablamos de como torean a los profesores, les roban los móviles, se rien en su cara, etc.
Mientras que de prioridad a la psicología de los niños por encima de la de los profesores (vayan a que me traumatizen al mi Antoñico) aunque el profesor este para darle la baja psicológica (que el funcionario ese se joda, que tiene muchas vacaciones) esto va a ir de mal en peor.
Por cierto, la profesión que encabeza las bajas laborales psicológicas es magisterio. Este dato debería hacernos reflexionar sobre la mierda de educación que se le está dando todos a los niños, de manera que los que tienen dinero escapan de la pública y mandan al niño a la privada o concertada, forzando de esta manera la creación de élites que están mejor educadas que quien no puede permitirse pagar un colegio.