Eddie Cohen y, por supuesto, el liderazgo militar de Israel, lo saben; pero, aun así, Israel se está encerrando en una lógica que sólo puede conducir a la derrota. Las instalaciones nucleares de Irán están a salvo del ataque israelí. La destrucción de la infraestructura civil iraní, que está a la vista, puede matar a muchos, pero no colapsará el Estado iraní.
El objetivo de Israel, en primer lugar, es destruir las normas, convenciones y leyes de la guerra; crear una anarquía geopolítica en la que todo vale y mediante la cual, con una Casa Blanca frustrada pero consintiendo cada norma de conducta pisoteada de manera intrusiva, ha permitido a Netanyahu agarrar las riendas de Estados Unidos y conducir el caballo de la Casa Blanca al agua, hacia su la ‘Gran Victoria’ regional del Fin de los Tiempos; una guerra necesariamente brutal, más allá de las líneas rojas existentes y sin límites.
nuestro sentido común (ese “todo el mundo sabe que”) nos dice que la época era sucia, oscura, misógina, terraplanista y, en general, cualquier cosa que no nos guste. Que todo eso sea mentira es lo de menos, porque cumple una función: esa creencia nos reconforta
Ya volvemos con la Edad Media rosa.
- Sucios. Pues aunque algunos conservaran termas y se lavaran, pues en general no eran los más limpios del mundo y menos si los comparamos con los romanos. De hecho, eso de la limpieza hasta el siglo XX tampoco era una prioridad. Eso de que los cirujanos se lavaran las manos es una cosa bastante reciente.
- Misóginos, lo siguen siendo en el siglo XXI como para no serlo en la época.
- Terrarplanista: bueno, dudo que el ciudadano en particular se preocupara por esto, pero al menos, los eruditos sabían que la Tierra era redonda pocos zoquetes defenderían lo contrario (lo del Sol en el centro del sistema solar, es otra cosa)
El objetivo de Israel, en primer lugar, es destruir las normas, convenciones y leyes de la guerra; crear una anarquía geopolítica en la que todo vale y mediante la cual, con una Casa Blanca frustrada pero consintiendo cada norma de conducta pisoteada de manera intrusiva, ha permitido a Netanyahu agarrar las riendas de Estados Unidos y conducir el caballo de la Casa Blanca al agua, hacia su la ‘Gran Victoria’ regional del Fin de los Tiempos; una guerra necesariamente brutal, más allá de las líneas rojas existentes y sin límites.