#4 El capital de las empresas no será español. Pero los trabajadores que realizan dichos proyectos en gran parte, si que son españoles. Yo mismo tengo un proyectito en Irán... o teníamos.
Y esto significa problemas para los trabajadores.
Hola amigos, os envío este vídeo que he grabado y montado en Chengdu, tierra de los pandas. La historia de este edificio ya había aparecido por aquí hace unos años cuando todavía era un proyecto: www.expansion.com/2012/11/03/entorno/1351971641.html
Ahora lo podéis ver hecho realidad por fuera y por dentro. Si queréis ver el parque acuático y la playa artificial bajo la bóveda de cristal podéis ir directamente al minuto 3.
Por cierto, he hecho los cálculos y si no me equivoco son por lo menos 170 campos de fútbol
¿Para qué leches miro estos vídeos?...es verlos y decirme "necesito uno...no sé para qué, y si servirá para uso doméstico, pero necesito uno"...luego es ir a buscar tiendas por internet, ver que uno bastante menos potente cuesta más que una novia boba y descartar la idea.
Y así hasta que alguien pone el enlace a un triturador, una hidrocortadora o cualquier otra cosa que no pinta nada en la casa de un pelagatos como yo, repitiéndose la historia.
A la Iglesia Católica le sucede con los creyentes igual que le sucede a Microsoft con Windows y Office.
Me explico.
Tanto la Iglesia Católica como Microsoft querrían un mundo ideal en el que sus creyentes y su software respectivamente fuesen "genuinos": nada de creyentes de boda y bautizo, nada de sistemas operativos pirateados. Por otro lado, saben perfectamente que si obligasen realmente a sus seguidores/usuarios a cumplir las normas a rajatabla, el número de estos bajaría drásticamente: les perderían frente al ateísmo o el software libre. Esto a simple vista no parecería suponer un inconveniente: los cristianos de cafetería y los usuarios pirata no suponen ningún beneficio directo para la Iglesia y para Microsoft respectivamente. Ah, pero eso no es cierto del todo: que un 90% de la población sea "católica" y que un 90% sea "cliente" de Microsoft contribuye a mantener un monopolio de facto sobre la influencia religiosa y sobre el software.
Ni la Iglesia ni Microsoft pueden arriesgarse a ser demasiado duros contra los no practicantes y contra los piratas, respectivamente, porque al perderles darían muchísima más visibilidad a las alternativas. Sin embargo, tampoco pueden dejar las puertas abiertas a la pasividad religiosa o al pirateo de software, ya que dependen de sus creyentes/clientes genuinos.
Es por eso que tanto Microsoft como la Iglesia tratan de mantener un precario equilibrio entre luchar contra la piratería (de software y de ritos) sin llegar a impedirla del todo.
Por supuesto, ambas organizaciones tienen estrategias paralelas: la de obligar a todo ciudadano a ser un fiel/cliente genuino. Para eso están los intentos de Microsoft de incluir su software en todo ordenador nuevo, y los intentos de la Iglesia de controlar una mayor cuota de la educación primaria y secundaria.
Los anuncios de Damm siempre son iguales. Llega el verano.[bebe] Qué guapo estoy con mi gorro de paja! [bebe] Me despierto en la playa. [bebe] Qué cuerpazo tiene y que guapa es esa chica que me mira. [bebe]Es hora de disfrutar de mi tiempo libre. Qué bien no lo estamos pasando con los amigos! [bebe]Vayámonos en coche a esta cala. Ibiza es genial, [bebe]Saltemos de este acantilado. [bebe]
Y esto significa problemas para los trabajadores.