No os preocupéis, son solo pataletas de juventud. No debe parecerles en realidad que la precariedad y la pobreza en las que sus propios padres les hicieron nacer sean cosas tan horribles, si arden en deseos y defienden como un derecho el poder hacer nacer, y criar, a sus propias proles también en ellas, a que sus proles les agradezcan también esas mismas cosas, en forma de pensiones, tanto como ellos, los jóvenes proletarios vasallos españoles, también las agradecen a sus padres, en la misma forma de pensiones.