#61 Nuestros abuelos, salvo excepciones, trataban a la mayoría de animales a palos y no les importaba una mierda que sufrieran antes y durante la matanza.
#11 Lo cierto es que yo vi un día un Pug que se puso a "ladrar" y casi se ahoga. Al principio nos dio la risa a todos los que estábamos allí. Pero cuando te das cuenta de por qué le pasa eso al perro ya no hace un pijo de gracia.
Por cierto también hay que volver al ábaco, no vaya a ser que alguien se quedase sin trabajo...
Saludos.