La mejor forma que tiene una ciudad, una región, un estado..., de expresar su carácter solidario es normativizando y legislando las ayudas a los más desfavorecidos. Esto es, obligando a sus "elegidos" gobernantes a paliar las desigualdades con el dinero de todos en aras de una redistribución más justa de la riqueza, puesto que al final esto revertirá sin duda en beneficio de todos. Las iniciativas de este tipo están muy bien puesto que en último término habrá gente necesitada a la que le venga bien. Pero cuando se tienen que repetir mucho quizás lo que vienen a demostrar es que algo falla en la aplicación de la otra alternativa...