No es por nada, pero puestos a elegir entre alguien que pasa su vida sin pena ni gloria delante de un ordenador, haciendo comentarios críticos de todo lo que se mueve, pero sin moverse él o ella para nada; y el de la bici de arriba; me quedo con el de la bici. Por muy inconsciente o cafre que sea. La de cosas que nos habríamos perdido si nadie tuviera inquietudes, o si nadie se arriesgara por miedo a lo que fuera, meter la pata incluido.