Desde su fundación en 1928 el lema de la Hermandad Musulmana ha sido “El islam es la solución”. En el último decenio, sus adeptos lo han utilizado para llegar al poder en países como Egipto, Túnez o Sudán. En las últimas semanas ha quedado de manifiesto que en los mundos árabe y musulmán son muchos los que ya no confían en la Hermandad para gobernar, o en que el islam sea la solución. La magnitud de la derrota revela que los islamistas que gobernaron tras la Primavera Árabe han fracasado: sólo ofrecen proclamas religiosas.