Relatos cortos

encontrados: 13, tiempo total: 0.034 segundos rss2
1 meneos
 

El banquero que amaba la literatura

Antes de que la inteligencia artificial llegue para "sustituir" a los escritores, os traigo un pequeño relato que escribí hace ya mucho pero que, desgraciadamente, me temo que nunca perderá actualidad. Espero que os guste.
Hubo un momento crítico en el que el banquero sacó un gran sobre y se lo ofreció a la Juez, pero ésta dijo que a ella no le importaba el dinero, sino la Justicia, y obligó al banquero a que confesara dónde estaba el resto de las hojas. El banquero alegó que alguien se las había robado, pero el Libro del Dinero no tardó en aparecer. Lo tenía escondido en su propia cabaña.
Cuando se celebró el juicio, la Jueza fue preguntando a cada uno de los imputados sobre cuál había sido la causa para su conducta con respecto a las hojas del libro...
1 0 0 K 12
1 0 0 K 12
2 meneos
68 clics

Soy y no soy

Ana y Ramón hace 45 años que se casaron. Ella está curioseando el Facebook dedicado a su pueblo, lugar de encuentro de quisquillosos, aburridos, correveidiles, chismosos y expertos en insultar a la alcaldesa y denunciar vecinos, sentada en el sillón del salón. Su marido mientras tanto busca en el móvil el horario del partido de fútbol de la selección nacional donde juega una hija de la bendecida localidad. Sigue en miazoteacom.wordpress.com/relatos/
6 meneos
47 clics

La bruja, de Shirley Jackson

El vagón iba casi vacío, tanto que el chiquillo tenía un lugar para él solo y su madre ocupaba un asiento al otro lado del pasillo, junto a su hermanita, un bebé con un pedazo de pan tostado en una mano y un sonajero en la otra. La niña estaba atada al asiento de modo que pudiera incorporarse y mirar alrededor, y cuando empezaba a deslizarse lentamente de costado, la correa la sujetaba y la sostenía hasta que la madre se volvía y la enderezaba. El chiquillo miraba por la ventana y comía una galleta y la madre leía...
1 meneos
3 clics

Gomitas (relato)

“Suelo encontrarme cosas extrañas en el colectivo: gente conocida, gente que te saluda y no sabés quién es. Hoy mismo me encontré un vendedor de gomitas que me ofreció, un poco a la fuerza, lo que vendía; me lo apoyó sobre el muslo, cerca de mi mano mientras yo escuchaba música. Nunca me había pasado.”
No entiendo cómo pudo haberme parecido desagradable la banda sonora de mi barrio. Obviamente, tengo mis gustos; entre Gilda y Los Charros, me quedo con la primera. Pero, así era, antes me parecía desagradable. Quizás por el sonido ensordecedor y
1 meneos
7 clics

María espera en el bar

María espera en el bar.
Ve el cubito de hielo deshacerse en su vaso de vidrio, tal como se deshace la arena en el reloj.
Cada instante cuenta como un segundo menos de la espera por su amante.
María ve a la gente hablar.
Hablan de cosas que no logra, ni quiere entender.
María usa todas sus joyas sin pensar lo que la gente puede hablar.
María no quiere hablar.
Le toma tiempo expresar el cansancio de sus piernas al andar.
Pero finalmente lo cuenta.
María no está loca.
Sólo que la espera tomó su cordura y la volvió esperanza. Espera con esperanza.
María espera en la mesa del bar.
No se cansa de…
2 meneos
11 clics

Relato Corto: Sólo por las risas

No es habitual vivir lo suficiente para ver tu propia esquela en un periódico y sin embargo Marta respiró aliviada cuando vio la suya. La necrológica, firmada asépticamente por un “su familia”, rogaba una oración por su alma y anunciaba la hora y el lugar en el que tendría lugar el velatorio al día siguiente.

Hipócritas, musitó Marta, mientras esbozaba una media sonrisa.
8 meneos
65 clics

Un encuentro inesperado

Eran los últimos días del verano. Carolina había pasado unos días sola en aquellas playas del sur. Siempre que podía se escapaba a disfrutar de las blancas arenas del Atlántico, intentando alejarse de las zonas más turísticas.

Si había algo que le resultaba agobiante, era la noche de aquellos barrios de copas, llenos de turistas y autóctonos buscando carne fresca, una mujer con la que tener una aventura. Ella no era así, no servía para ello.

Se acercó a ver el ocaso sobre el mar. La tarde había sido muy cálida en aquel mes de septiembre, en aquel final de la época estival. Pronto tendría que regresar a casa, a incorporarse al trabajo. En ello estaba pensando, sintiendo la brisa cálida, viendo el sol bajar hacia el océano en un horizonte rojo de fuego cuando escuchó una voz a su lado.

- La mar
15 meneos
92 clics

La historia que inspiró un libro

Esto que os voy a contar es real como la vida misma. Los que me conocéis sabéis de mi mente racional, de mi búsqueda de la explicación a todo lo que ocurre, pero esto que pasó, no lo sé explicar. Y es por ello que me desasosiega y lo aparto de mi mente, evitando evocar los sucesos que pasaron, y que culminaron aquella calurosa noche de San Juan.
15 0 0 K 54
15 0 0 K 54
5 meneos
68 clics
Tomorrow's Child, un relato corto de Ray Bradbury (EN)

Tomorrow's Child, un relato corto de Ray Bradbury (EN)

Relato corto de Ray Bradbury publicado en 1949.
93 meneos
338 clics
Tus palabras escritas

Tus palabras escritas

El día que te fijas en alguien, tus palabras pasan a ser para esa persona. Dejas de escribir para el mundo o el mundo es…
33 60 1 K 77
33 60 1 K 77
2 meneos
11 clics

El bloc de notas marrón

‘Nunca se sabe cómo llega una gran idea, solo, llega’ Era uno de los lemas de José y que solía decir bastante a menudo, tanto a los amigos, como a sí mismo. Solía ser un recurso habitual cuando tenía una idea o cualquiera de sus ocurrencias y sin perder un instante, la anotaba de manera esquemática en su pequeña bloc de notas marrón que llevaba en el bolsillo de su pantalón, junto a un pequeño bolígrafo.


NOTA: Soy consciente de que este relato es un poco viejo ya, pero no sabía de la existencia de esta foto y la verdad, me gustó mucho esta historia cuando la leí por primera vez. Me parece una historia sencilla, pero con carga emocional y de matices. Cada uno que piense lo que quiera, pero os lo traigo para ver si os gusta. Saludos.
2 meneos
7 clics

En la oscuridad

La luz de la luna bañaba la calle por la que iba paseando. La brisa nocturna acompañaba a las débiles gotas de lluvia que poco a poco iban cayendo del cielo. Una noche perfecta, pensé. Mientras miraba el oscuro cielo, en el cual se ausentaban las otrora alegres estrellas, avanzaba lentamente por la calle.

A la vez que avanzaba, las gotas de lluvia empezaban a caer con más fuerza. De repente, volví a sentirlo. Ahí estaba de nuevo, ese sentimiento de soledad volvía a invadirme, ese vacío interior que nunca me había abandonado del todo, mi compañero fiel.

menéame