En lo profundo de la noche, he llorado

En lo profundo de la noche, he llorado. He recordado que también soy ser humano, que amar no está vetado.

He anhelado desde que te fuiste, y por vez primera he vuelto a llorar. He cortejado a las sombras para que me maten y aún no lo he logrado. Te echo de menos y duele que nunca puedas saberlo.

Soñé contigo. Triste, distante, una persona profunda que pocos conocieron de verdad. Mirada inteligente, creadora de mundos desconocidos. Tu imaginación impregnaba el hogar, con aquellos mandalas y la cascada de melodías. Una vieja radio moderna confesaba el interior; tu interior; nuestro interior.

Los solitarios con naipes, tus cartas del tarot, ritual inquebrantable. Era tu momento de reflexión, la buda junto al río. Un hogar sólido que empezó a deteriorarse el mismo día que te fuiste. Aves muertas en la calle fueron testigos de un juicio que nadie comprendió.

Te llevó el humo desde dentro. Se expandió y formó la silueta de tu cuerpo como si fuese una segunda sombra. El negro más puro carcome. Y desde siempre ya sabías que podría ocurrir, esa fue la verdadera maldición. Una calada tras otra y de repente, oscuridad. Una eterna noche desde el día hecho diagnostico. Un sol negro en tu interior, penumbras a nuestro alrededor.

Y mi historia con el hospital se prolonga por culpa de que me alimento de recuerdo. Bucles me azotan. Pero debo borrar las huellas que son el rastro para aquel día. Debo lograr hasta que tus cenizas sean parte del paisaje idílico, y el mejor modo de hacerlo es recordar lo bueno: siempre, para siempre.

Recordar que también reías...

Siempre.

Recordar tu sabiduría,

Así siempre.

Recordar que eras bella.

Por siempre.

Creo que te lo debía, un texto, el testimonio que te merecías. Quiero que descanses en las mentes de los demás, que seas guardián. Sonríe, porque no hay final, esa es la realidad. Sigue leyendo y sigue creciendo junto a la cultura que nos diste. Sigue paseando y sigue siendo la persona más responsable. Sigue luchando y sigue siendo consciente, con ese sentido común de mujer valiosa que vivió la época equivocada.

Sigue siendo. Por ti, por nosotros.

Para siempre.

Y en lo profundo de la noche, he llorado.