Quedaba expuesto en la pared el puzle de mil piezas. La imagen, unas letras blancas sobre fondo negro indicando "Todo es Mentira". La gente pasaba y observaba. Se alejaba, parándose a apreciar durante el mismo tiempo lo que les distrajera, ya fuera una mancha contorneada sobre la pared.
"¿Qué no lo ven?", decía un espontáneo. "¿Qué no veis la magnificencia de ese puzle?", insistía espantado.
Había gente que lo miraba y entonces insistía en apreciar el puzle: mil piezas representando letras blancas sobre fondo negro, dominando la negrura cual noche, apreciándose a trasluz el laberinto de líneas entre piezas unidas.
"¿De verdad que no lo aprecian?".
"Todo es mentira", dijo una persona, "Eso es subjetivo, ¿no? El artista generaliza".
"¡No es eso!".
Y el mundo siguió sin darse cuenta.