Aquella noche un enano gigante bailando al son de Lynch vió pasar camiones repletos de maderos camino de la serrería mientras Bob se acercaba y se alejaba en una danza extradimensional y una mujer flotaba en el río.
Aquella noche un hombre manco me explicó el sentido del Kwizatz Haderach.
Aquella noche me asomé a un vagón de tren abandonado y vi el horror del fuego, escuché un pájaro trinar sobre fichas de casino y mujeres con lengua hábil anudando rabitos de cereza.
Aquella noche de terciopelo azul un camión de bomberos pasó por delante de mi casa mientras un tal Perú se mofaba del deseo de una chica.
Aquella noche no conseguí dejar de beber café mientras me servían bacon crujiente en aquel bar de camareras con uniforme rosa.
Aquella noche seres de iris azules me pasaban destiltrajes por debajo de la puerta mientras un hombre comía en la mesa pollos que se movían como cabezas borradoras.
(Texto dedicado a David Lynch. Año 2000. ContinuumST.)