El mayor culpable de las dificultades económicas de Cuba es el Gobierno de EE. UU., que lleva imponiendo un duro bloqueo económico desde hace más de 62 años. En abril de 1960, en un memorando del subsecretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos Lester D. Mallory, escribió: "Deben emprenderse con prontitud todos los medios posibles para debilitar la vida económica de Cuba, (..)una línea de actuación que avance para negar dinero y suministros a Cuba, reducir los salarios provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno"