Si en 2015 se superó un tope de seis millones de sufragios en las elecciones generales que propiciaron un cambio político y una avería seria en el bipartidismo, en las europeas del año que se cierra, los dos espacios procedentes de aquellos vientos, Podemos y Sumar, no acumularon conjuntamente más de 1,3 millones. En esos comicios, de hecho, las dos papeletas fueron superadas por Ahora Repúblicas, gracias al empuje de EH Bildu y BNG, y también por el partido de la fracción criptobró de la omnipresente extrema derecha, Se Acabó la Fiesta.
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Por cierto, es destacable que cuando la izquierda la caga su electorado le castiga en las urnas, pero que ni cuando el PP mata a españoles los suyos dejan de votarles. Es demencial. Va en contra de la lógica y del instinto de supervivencia de cualquier ser vivo.
Gana la guerra primero, haz la revolución después
A la de quítate tú que ya voy yo, o listas plancha pero 'votadas', enemigo hasta cagarla y luego juntos a malas, siglas antes que programa etc etc?
Que arda todo de una vez, y de las cenizas algo saldrá. No hay unidad con una IU vapuleada, los del 3% de representación bunquerizados en su linde a ninguna parte, y la confluencia de sumar extremadamente dócil.